viernes, 25 de octubre de 2013

Los escritores hablan: Las palabras son alas


Maria Corti, escritora italiana no muy conocida, escribió una novela de hermosa brevedad, El canto de las sirenas, en la que dejó caer esta frase que tengo subrayada:

“Hay algo entre las palabras, un vínculo, una relación, frágil o vigorosa, una mágica posibilidad de metamorfosis: con ellas se puede volar, volar, descubrir o precipitarse en el fondo.”



miércoles, 23 de octubre de 2013

La infinitud de las redes sociales


Esto de las redes sociales es un invento, un descubrimiento y una locura… Quién me iba a decir a mí hace poco más de dos años que me iba a ver inmersa en este mundo virtual con más brazos que un Shiva desatado, abriendo con cada una de las manos una puertecita a un nuevo espacio intangible que parece no tener fin. Charlas con amigos, nuevos contactos, prensa, libros, música, casi todo cabe en esos universos que se abren a través de tantos aparatitos que se han hecho hueco en nuestra cotidianeidad. Llenos de posibilidades, unas gratificantes y otras un tanto peligrosas, como todo en esta vida.

Nunca he sido una entusiasta de la tecnología sino que, más bien, me amedrentaba un poco porque me sentía en desventaja ante tanto despliegue. Pese a todo, de repente me he visto arrastrada por su estela arrolladora y aquí estoy, enredada en los tentáculos de la comunicación envolvente, convertida en una larga serie de avatares (casi en todas sus acepciones) que pululan por otros tantos puntos de este cósmico internet.

En fin, “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”, como cantaban en La verbena de la Paloma. Y lo que nos queda por ver.

De momento, bastante tengo con desparramarme por mis blogs, mis cuentas de Google, mis páginas de Facebook, mis canales de Twitter, mis zambullidas en GoodReads y Anobii, desbarres en foros, experimentos en la nube y demás enredos cibernéticos. Que recuerde a bote pronto.

Y todo esto es porque acabo de descubrir (sí, soy lenta en estas cosas, lo confieso sin reparo) lo fácil que Bloglovin me ha puesto seguir los blogs que me interesan, a pesar de mi dispersión habitual. Y porque aprovecho el post abierto para escribir el código que necesitaba para dar de alta mi cuenta.

Que siga la dispersión, o la diversión, o lo que más plazca.


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lunes, 14 de octubre de 2013

Me escuece...

Algo que me irrita sobremanera es que  los jerarcas de turno -sean de la clase que sean- nos tomen por imbéciles y, por si fuera poco, nos lo llamen a la cara. Y, como lo hacen continuamente, tengo un sarpullido perpetuo; por dentro, por donde más escuece.

domingo, 13 de octubre de 2013

Improvisando un pastel de pisto

O creo que era pisto. Me paso la vida intentando organizarme, cosa que es bastante difícil dada mi naturaleza caótica, y la mayoría de las veces acabo jugando a malabares con las diferentes partes de mi vida. Así, hay ocasiones en las que me acuerdo de etiquetar lo que guardo en el congelador... y otras en que no. Este era uno de los últimos casos.
Saqué del congelador un "tupper" que, según esperaba, contenía algún tipo de verdura en picadillo, sofrito o guiso de los que suelo hacer con cierta regularidad. Pero no recordaba cuál era. Lo dejé descongelar poco a poco en la nevera y, por el color y el olor, fui deduciendo que se trataba de pisto. Y, en vez de servirlo sin más, me arrebató uno de esos impulsos que me dan y que no siempre tienen final feliz: improvisé un pastel.
¿Fue feliz este final? Bueno, a riesgo de parecer vanidosa he de decir que ¡SÍ! Lo cual me hace pensar que no volverá a quedarme igual, por supuesto, pero creo que tendré que intentarlo.



Si queréis probar, os cuento cómo lo hice.

martes, 8 de octubre de 2013

Los escritores hablan: Infierno y libertad.

La agudeza de Roald Dahl se vierte en este caso en una observación sobre el día a día de los escritores:


“La vida de un escritor es un verdadero infierno comparada con la de un empleado. El escritor tiene que obligarse a trabajar. Ha de establecer sus propios horarios y si no acude a sentarse a su mesa de trabajo no hay nadie que le amoneste. Si es autor de obras de ficción, vive en un mundo de temores.  Cada nuevo día exige ideas nuevas y jamás puede estar seguro de que se le vayan a ocurrir. Dos horas de trabajo dejan al autor de ficción absolutamente exhausto. Durante esas dos horas ha estado a leguas de distancia, ha sido otra persona, en un lugar distinto, con gente totalmente distinta, y el esfuerzo de volver al entorno habitual es muy grande. Es casi una conmoción. El escritor sale de su cuarto de trabajo como aturdido. Le apetece un trago. Lo necesita. Es un hecho que casi todos los autores de ficción beben más whisky del que les conviene para su salud. Lo hacen para darse fe, esperanza y ánimo. Es un insensato el que se empeña en ser escritor. Su única compensación es la libertad absoluta. No tiene quien le mande, salvo su propio espíritu, y eso, estoy seguro, es lo que le tienta.” 

lunes, 7 de octubre de 2013

I'm a mean, mean woman: soy mala... pero no tanto.

¿Una mujer mala o una mala mujer? ¿Por qué la colocación del adjetivo antes o después del nombre parece cambiar el sentido final del sustantivo? En fin, este no es lugar para disquisiciones lingüísticas: es mi rincón musical. Y la mala mujer no es otra que Janis Joplin, desgarrada y desgarradora como fue siempre, sangrando un emocionante Turtle Blues para ponerme los pelos de punta cada vez que la escucho. Luego tardo en quitármela de la cabeza y de la garganta. 





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